viernes, 11 de septiembre de 2009

Angel Guardián


Solías sostener mis manos cuando se caían mis sueños

Me protegías del dolor y apaciguabas mis tormentas,

Toda la luz que supe irradiar provenía de tu blanca figura,

Me diste fe cuando me era imposible creer en mi misma,

Velabas mis noches y me cuidabas de día,

Fuiste mi luz, mi guía, cuando no conocía la agonía.

Resguardaste mi inocencia y cuidaste mi frágil alma.

¿Mas como te paga tu vulnerable protegida?

Regalándole su alma al infierno del que tanto la cuidabas

Extinguiendo su luz con deseos carmesí,

Llorando mil mares, olvidando sonrisas.

Se unió a la oscuridad ya no quedan vestigios de sol en ella,

Le regaló su corazón al silencio y se olvidó del amor.

Lo siento mucho, de verdad lo hago

Mas la en esta recóndita vida he encontrado cobijo, quizás no el mejor,

Pero es que llamó a mi puerta cuando no te supe encontrar.

Agradecida a ti siempre estaré mas, me temo, no soy la de ayer,

Hoy envuelta en sombras camino, la soledad mi único destino,

Con el pálpito helado endureciendo mi alma.

Mas prometo no olvidar el tiempo celestial que supiste darme,

Me alejé de tus brazos pero eso no significa no lo desee,

Quizás tras el final de esta terrenal vida pueda volver a lamentarme en ellos

Para dejar en tus brazos mis penas y mis llantos enterneciendo la esencia que hoy petrifico,

Volviendo a ser sol, volviendo a ser luz.

A.R

No hay comentarios:

Publicar un comentario